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¿DONDE VIVE UN MILLENNIAL?

Actualizado: 20 mar 2021


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por José Manuel Córdova Chavarría


La generación del “yo, yo, yo” toma cada vez más protagonismo en la sociedad contemporánea, donde han logrado remover los cimientos de la típica forma de vida del siglo XX, desestabilizando conceptos clásicos del donde vivir o como vivir. ¿Comprar una casa, arrendar, vivir en un hostal o habitar con los padres indefinidamente?

Pero antes conozcamos un poco mejor a esta generación.


El término ‘Millennial’ fué acuñado por los autores William Strauss y Neil Howe, en su libro “Generaciones”, donde se trata la historia de Estados Unidos a través de una serie de relevos generacionales desde 1584.

A través de esta teoría es que se enmarca al grupo nacido entre 1982 (aprox.), hasta 1994 (aprox.) como Millennial o Generación Y.

Actualmente este grupo ha tomado gran relevancia en el medio mundial porque comprenden a los nuevos jóvenes, en el entorno laboral, bienes raíces, empresarial, etc.


Sin embargo, su papel en la sociedad ha cambiado radicalmente, respecto a las generaciones anteriores. Gracias a la globalización y las tecnologías de la comunicación, los nuevos profesionales millennials ya no están atados a un escritorio u oficina. De hecho, es más común el trabajo a distancia, desde casa o desde cualquier lugar del planeta que posea una señal estable de internet.

Su modo de vida en general desafía el statu quo establecido por las anteriores generaciones, con sus propias características: vivir el momento y valorar además de lo intelectual, lo emocional.


Esta generación está creciendo y cada vez toma más relevancia para las empresas, las cuales tratan de captar la atención de todos estos jóvenes, que necesitan lugares para vivir y para comprar.

Este nicho habitacional ha generado un gran debate y temas de estudio, sobre el lugar idóneo o deseado para estos jóvenes.


El problema para los diseñadores inmobiliarios, como lo expone el experto en conducta humana y divulgador de neurociencias Jürgen Klaric. Es que los millennials no quieren comprar casas, debido a problemas económicos y a una reticencia sobre la posesión inmobiliaria.

Eligen el alquilar sobre el comprar, para mantener un estilo de vida con mayor movilidad, sin el deseo de atarse a un lugar fijo.

Valoran más las experiencias nuevas y lugares a conocer, es decir poseen un estilo de vida abierto y sin restricciones.

Algo que no se ve reflejado en la oferta actual, por tanto, el cuestionamiento sobre su vivienda sigue tensando los conceptos anteriormente establecidos.

Este es un tema crucial para nuestra sociedad, pero que no está siendo tomando con la seriedad necesaria.

De hecho, en nuestro medio y nuestro país, la vivienda millennial no es tema de investigación común para los diseñadores.


…no se está haciendo casas para millennials!!


La vivienda clásica, un edificio de departamentos e incluso un proyecto de Co-living hotelero, no han sido pensados para este tipo de usuarios, y es que los millennials tiene que adaptarse a un sistema de viviendas predefinidas y egoístas.

Entonces talvez el valor fijo de una vivienda y su relación con la vida nómada deban reinventarse, espacios subversivos que más bien se adecuen a su economía, necesidades emocionales, agendas y estilo de vida diaria.


La imagen del articulo esboza el llevar tu casa contigo. Extracto del trabajo de diseño de Ángela Luna y su línea de ropa exterior multifuncional para refugiados.

La cual maneja un tipo de arquitectura ligera, flexible, sin afectar el medio natural y que se adapta incluso a la morfología humana. Su valor esta en exaltar la experiencia sobre la comodidad, o el sentido de pertenencia.

Esta idea, peculiar casi poética tomada de forma textual, tropieza con un sinfín de obstáculos y rechazos. Porque la solución para la vivienda millennial y la psicología del hogar es mucho más compleja que una simple tienda de campaña, por temas como la seguridad, clima, propiedad del suelo, conectividad, etc.

Pero la intención de este texto, sumado a una imagen tan sencilla como esta, es invitar a repensar la vivienda clásica estática para una generación hiperactiva, que no necesita seguir repitiendo la misma forma de vida.por José Manuel Córdova Chavarría



La generación del “yo, yo, yo” toma cada vez más protagonismo en la sociedad contemporánea, donde han logrado remover los cimientos de la típica forma de vida del siglo XX, desestabilizando conceptos clásicos del donde vivir o como vivir. ¿Comprar una casa, arrendar, vivir en un hostal o habitar con los padres indefinidamente?

Pero antes conozcamos un poco mejor a esta generación.


El término ‘Millennial’ fué acuñado por los autores William Strauss y Neil Howe, en su libro “Generaciones”, donde se trata la historia de Estados Unidos a través de una serie de relevos generacionales desde 1584.

A través de esta teoría es que se enmarca al grupo nacido entre 1982 (aprox.), hasta 1994 (aprox.) como Millennial o Generación Y.

Actualmente este grupo ha tomado gran relevancia en el medio mundial porque comprenden a los nuevos jóvenes, en el entorno laboral, bienes raíces, empresarial, etc.


Sin embargo, su papel en la sociedad ha cambiado radicalmente, respecto a las generaciones anteriores. Gracias a la globalización y las tecnologías de la comunicación, los nuevos profesionales millennials ya no están atados a un escritorio u oficina. De hecho, es más común el trabajo a distancia, desde casa o desde cualquier lugar del planeta que posea una señal estable de internet.

Su modo de vida en general desafía el statu quo establecido por las anteriores generaciones, con sus propias características: vivir el momento y valorar además de lo intelectual, lo emocional.


Esta generación está creciendo y cada vez toma más relevancia para las empresas, las cuales tratan de captar la atención de todos estos jóvenes, que necesitan lugares para vivir y para comprar.

Este nicho habitacional ha generado un gran debate y temas de estudio, sobre el lugar idóneo o deseado para estos jóvenes.


El problema para los diseñadores inmobiliarios, como lo expone el experto en conducta humana y divulgador de neurociencias Jürgen Klaric. Es que los millennials no quieren comprar casas, debido a problemas económicos y a una reticencia sobre la posesión inmobiliaria.

Eligen el alquilar sobre el comprar, para mantener un estilo de vida con mayor movilidad, sin el deseo de atarse a un lugar fijo.

Valoran más las experiencias nuevas y lugares a conocer, es decir poseen un estilo de vida abierto y sin restricciones.

Algo que no se ve reflejado en la oferta actual, por tanto, el cuestionamiento sobre su vivienda sigue tensando los conceptos anteriormente establecidos.

Este es un tema crucial para nuestra sociedad, pero que no está siendo tomando con la seriedad necesaria.

De hecho, en nuestro medio y nuestro país, la vivienda millennial no es tema de investigación común para los diseñadores.


…no se están haciendo casas para millennials!!


La vivienda clásica, un edificio de departamentos e incluso un proyecto de Co-living hotelero, no han sido pensados para este tipo de usuarios, y es que los millennials tienen que adaptarse a un sistema de viviendas predefinidas y egoístas.

Entonces talvez, el valor fijo de una vivienda y su relación con la vida nómada deban reinventarse, espacios subversivos que más bien se adecuen a su economía, necesidades emocionales, agendas y estilo de vida diaria.


La imagen del articulo esboza el llevar tu casa contigo. Extracto del trabajo de diseño de Ángela Luna y su línea de ropa exterior multifuncional para refugiados.

La cual maneja un tipo de arquitectura ligera, flexible, sin afectar el medio natural y que se adapta incluso a la morfología humana. Su valor esta en exaltar la experiencia sobre la comodidad, o el sentido de pertenencia.

Esta idea, peculiar casi poética tomada de forma textual, tropieza con un sinfín de obstáculos y rechazos. Porque la solución para la vivienda millennial y la psicología del hogar es mucho más compleja que una simple tienda de campaña, por temas como la seguridad, clima, propiedad del suelo, conectividad, etc.

Pero la intención de este texto, sumado a una imagen tan sencilla como esta, es invitar a repensar la vivienda clásica estática para una generación hiperactiva, que no necesita seguir repitiendo la misma forma de vida.


 
 
 

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