El mundo tras la fachada
- Mauricio Calvo Arancibia

- 24 feb 2021
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 12 mar 2021

¿Qué se esconde tras la fachada?
Esta pregunta se hace presente en la mente el mismo instante que nos detenemos al observar una casa desde el exterior, al dar un paseo por las calles de cualquier ciudad.
En algunos casos la respuesta es fácil, cuando la fachada es de vidrio se puede ver todo, incluso aquello que muchos no quisiéramos que se pudiera ver.
Casas como la “Glass House” (1949) de Philip Johnson (1906-2005) o la “Casa Farnsworth” (1945-1951) de Mies van der Rohe (1886-1969) por ejemplo, son bastante reveladoras teniendo claramente poca privacidad y misterio, estas viviendas no ocultan nada y protegen algo el interior del exterior por el transparente vidrio y las tímidas cortinas.
En otros casos la respuesta es más compleja, pues una fachada más clásica o cerrada, con pocas aberturas y varios elementos que la cubren o decoran, termina funcionando como una máscara, que separa la realidad en dos mitades, la exterior y la interior.
Este pensamiento es casi natural al mirar una casa desde afuera, por nuestro lado tenemos el mundo real observado y vivido, pero detrás de esta puerta que nos impide el paso tenemos el mundo imaginado por nuestra mente, un mundo de colores y alegre en muchos casos, gris y complejo en otros, después de todo es muy común juzgar un libro por su portada e imaginar el contenido libremente.
Para el medio de la arquitectura este muro visual, es una oportunidad de esconder sorpresas, un lugar donde transformar y cambiar la realidad aparente que se puede ver desde el exterior.
Pero una situación muy interesante, es el caso del centro histórico de la ciudad de Sucre, donde las fachadas patrimoniales se vuelven el perfecto escondite para la libertad arquitectónica sobre las ideas de “protección patrimonial” o la norma rígida de lo que debería ser un centro histórico, cambiando estas dificultades en un juego de las escondidas mucho más interesante y cercano a la nueva realidad que vive la ciudad.
Y es que la rebeldía contra lo que se establece por norma impuesta es parte fundamental de la arquitectura desde tiempos inmemoriales, más aún tras la llegada de la modernidad, donde se hace necesario revisarlo todo y no subyugarse a una determinada regla de construcción, implementación y diseño.
La fachada en este caso concreto se vuelve el escudo, la máscara o el telón colonial, muchas veces de una bonita estética muy poética, que abre al arquitecto un mundo libre donde siempre poder expresarse.
Debería ser considerado una falta de gusto, casi un pecado capital, no explotar el misterio que se puede generar tras una fachada que no rebela nada al transeúnte. Como no jugar con el contraste, maravillar al transeúnte con detalles rompedores, con espacios abiertos y diferentes, como no aturdir las emociones del ser humano con la arquitectura, como no darle vida al arte espacial.
Y es que no solo hablamos de volúmenes variados o de no tener molduras en las esquinas, hablamos de un verdadero contraste y juego espacial, estamos hablando de esconder un comedor cargado de elementos tras un muro de adobe con estuco, vistas maravillosas con ventanas de piso a techo, cuartos limpios y luminosos detrás de una puerta de madera en una fachada sin ventanas, dar la oportunidad de descubrir un hermoso patio después de cruzar el umbral escapando de una calle angosta, esconder el arte detrás de aquello que parece no contenerlo.
Hablamos de permitir al usuario explorar un mundo nuevo y diferente a lo que él podía imaginarse guiado por la lógica, creando ese momento artístico, donde por, aunque sea solo un momento, te olvidas de la calle por la que caminabas, el frio o calor del clima, el trabajo y las responsabilidades, para quedarte pensando como el ingenio humano puede maravillar aun en las condiciones más difíciles e insospechadas.
Por esto y más vale la pena poner la debida atención en este mundo singular que siempre existe junto a nosotros, un lugar que nos acompaña escondido tras mascaras de sueño que como arquitectos nos debe permitir soñar con todas las posibilidades del mundo oculto detrás de las fachadas y con todo lo que podemos ofrecer dentro de él.

El mundo tras la fachada © 2021 by Pedro Eduardo Chavarría Herrera is licensed under CC BY-NC-ND 4.0






Comentarios