En hierro, madera y piedra.
- Mauricio Calvo Arancibia

- 6 ago 2021
- 1 Min. de lectura

Para el kiosco de la plaza, cada domingo
la función improvisada da inicio.
La estructura fría e inmóvil se llena de vida ajena,
acogiendo entre balaustres y barandales
gentiles pláticas, risas y secretos.
Las retorcidas maderas, son las butacas perfectas
para el espectáculo que la plaza dicta,
desfiles, bandas, cuetes y platillos,
resuenan bajo el domo rojizo del palco popular,
que no cobra o discrimina.
Mientras que el basamento tenaz pero mudo,
es testigo de incontables historias.
Pero celoso, solo dejas entrever
marcas y cicatrices indescifrables,
que recuerdan tu técnica más pura.
Al final, hierro, madera y piedra fuiste,
mas teatro, castillo y refugio serás. lugar de reposo y combate
en tierra de libertad.
“Sucre, 6 de agosto. J.M.”






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