Muchas manos para el D3
- Mauricio Calvo Arancibia

- 15 may 2022
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 14 sept 2022

Hay espacios que tienen un aura especial, espacios donde la sociedad ha marcado su huella y ha creado lugares con muchas diferencias a pesar de su poca lejanía, donde las personas cambian sus actividades con cada paso, creando una conexión especial cuando estos están bien planteados en las actividades urbanas.
La zona de Lajas Tambo se constituye en un ejemplo bastante cercano, una zona llena de diversas y numerosas actividades que configuran un espacio único. Nótese que digo bastante cercano porque en esta zona no existe una sinergia total entre todos los espacios urbanos generados por la sociedad, no obstante, el potencial está presente, porque en el mismo lugar donde tenemos un mercado con actividades económicas, tenemos el conjunto hospitalario de la ciudad con actividad constante de entrada y salida de pacientes y al mismo tiempo tenemos un cementerio, creando un nuevo conjunto de actividades que convergen en una misma zona.
Todas estas actividades han sido generadas por las personas que habitan la zona, dentro de estas, las actividades económicas y hospitalarias fueron potenciadas desde sus inicios más sociales, por la comunidad, creando así una dinámica única pero que por falta de crecimiento conjunto se ve desconectada de lo que podría ser y desabastecida de espacios conectores.
Y este es el punto importante de lo que nos muestra este sector, NO HAY ESPACIOS CONECTORES, simplemente están opacados y no crean un ambiente de conexión, es como si no existieran, pues cuando uno está en el hospital no siente que haya algo más a su alrededor. Sumado a esto, el mercado que se ha instalado en plena calle no puede crecer con la suficiente fuerza y no llega a ser más que un espacio aislado viviendo en su pequeña zona de influencia.
Pero esto no es un mal irreversible, simplemente es una llamada de atención a nuestros sentidos, porque aquí solo hace falta una cosa: manos. Exactamente, manos que muevan objetos, que armen espacios, que generen información para construir un espacio diferente, un espacio que realmente se identifique con el lugar y lo haga más humano y más conectado entre sí y con la sociedad que creó esas actividades que le dan vida al lugar.
Justamente esas manos están en las entidades con las que se trabaja, las manos jóvenes y futuros arquitectos, que tienen la fuerza y las ideas nuevas para construir nuevos espacios junto con los habitantes que están en la zona, espacios que reflejen los deseos de la gente, pues en ambientes que necesitan muchas manos para trabajar, todas las manos son importantes.
Es así como Lajas Tambo es un área curiosa donde experimentar con el urbanismo, con imaginarios urbanos nuevos que sean parte fundamental del desarrollo de espacios tan diversos en funciones que simplemente no parece que puedan funcionar, pero lo hacen, y lo hacen porque son útiles para los que habitan ese espacio.
Pero claro, ¿cuál es la idea de juntar manos de trabajo y crear un cambio? Pues la respuesta es variada, pero se la puede definir en un recorrido de emociones. Para eso llegan las manos al distrito 3, porque estos lugares tan variados son un mundo de sensaciones y actividades, donde las personas pueden cambiar y enriquecer sus sentidos con tantas actividades distintas. Es nuestra labor como arquitectos ayudar a que esas emociones sean benefactoras de una buena vida, pero, sobre todo, que sean accesibles para todos los que quieren vivirlas en su conjunto.






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