Neofobia y patrimonio en crisis
- Mauricio Calvo Arancibia

- 24 feb 2021
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 12 mar 2021

¿Un futuro posible?
Receta paso a paso para
desvalorizar bienes culturales en la actualidad.
Ingredientes:
-Recrear una fachada del siglo XVI,
-Repetir ventanas minúsculas con marcos de madera,
-Departamentos de viviendas estrechos como en la Europa clásica
-Molduras y adornos costosos y pesados.
-Construcciones con máximo de tres plantas, que rocen la cabeza.
Preparación:
1: Dibuje y redibuje las plantas arquitectónicas, tantas veces el ‘excelentísimo’ supervisor del se lo mande.
2: Teniendo cuidado de no traspasar la altura de las viviendas cercanas preexistentes, defina el volumen.
3: Por ningún motivo demuela o modifique las fachadas, aunque no se ajusten a sus necesidades.
4: Asegúrese de disfrazar los materiales modernos como clásicos.
5: Para finalizar no olvide contratar a un arquitecto mago, parque que convierta una vivienda del siglo XVI en una cómoda vivienda mixta comercial para el siglo XXI.
* Nota: Entre los efectos secundarios posibles, la aprobación de su proyecto puede tardar años. Pero no preste atención, y asegúrese de iniciar la construcción varios meses antes de empezar el trámite, para que ambos concluyan simultáneamente.
Neofobia y patrimonio en crisis
La arquitectura del centro histórico de la ciudad de Sucre ha entrado en una visible decadencia, tanto física como cultural, y es que la primera es una consecuencia directa de la segunda. Un abandono que está siendo promovido por la pérdida de popularidad y sentido útil de las viviendas patrimoniales, sumado a la burocracia que agobia a los vecinos del sector.
De hecho, dueños de viviendas en esta área se encuentren con grandes dificultades al momento de refuncionalizar, modificar o renovar sus predios, especialmente cuando quieren convertir su vivienda a un uso comercial. Y es cuando el lenguaje comercial entra en tensión con las aspiraciones de conservación rígidas y el lenguaje funcional que desea preservar el ayuntamiento.
Actualmente tener solo una vivienda para descansar, parece no ser suficiente, el hogar debe adaptarse a un uso comercial para generar un ingreso extra. Por tanto, nuestras ciudades han visto una creciente mutación en los usos mixtos y de espacios para arrendar. Departamentos, tiendas, locales gastronómicos, oficinas, etc. son las peticiones diarias de tales clientes.
El centro histórico además de albergar la mayor cantidad de arquitectura colonial, también funge como uno de los principales centros comerciales y de alojo para instituciones públicas y privadas.
Este centralismo, en el que aun vivimos, ha generado que el centro pase de ser un museo colonial a un barrio de shopping, los cuales desean grandes ventanales, escaleras eléctricas, detalles cromados y grandes letreros luminosos. Este contraste contemporáneo ha llevado a una progresiva pérdida del valor artístico de los monumentos y arquitecturas clásicas, ricas en ornamentos, pero decadentes en iluminación natural y amplitud espacial.
…el cliente contra el PRAHS!!
De algún modo las salvaguardas del patrimonio se han convertido en los mayores enemigos de los vecinos en el centro. Cuando más bien deberían ser el puente idóneo entre la conservación crítica de la arquitectura histórica y el valor como patrimonio, pero para la actualidad.
Los contribuyentes han desarrollado una gran negatividad contra la conservación, y posiblemente debido a dos factores principales: el primero causado por instituciones que, aunque posean las mejores intenciones, no son capaces de generar armonía entre la conservación y el uso contemporáneo que demanda nuestro tiempo. Y el segundo, podría tratarse de una desconexión educacional sobre el patrimonio edificado.
Este segundo factor se ve reflejado en las imágenes presentadas, donde se detecta una evidente falta de concientización empática hacia la arquitectura patrimonial, es decir existe una falta de educación para el valor arquitectónico cultural el cual debería ser incentivado por tales instituciones.
El abandono o pérdida del patrimonio, sería la peor consecuencia para nuestra ciudad. Pero esta, debe ser enfocada de forma crítica y meticulosa, para el contemporáneo y sus necesidades.
Además, debe ser conducida por instituciones que regulen, pero faciliten su uso, modernas y educadoras de una arquitectura que físicamente hable de su edad, pero se adapte a nuestros tiempos.
Neofobia y patrimonio en crisis © 2021 by José Manuel Córdoba Chavarría is licensed under CC BY-NC-ND 4.0






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