Safari de elefantes públicos
- Mauricio Calvo Arancibia

- 22 oct 2021
- 2 Min. de lectura

El termino elefante blanco es una expresión muy conocida para referirnos a edificios que no terminan de cumplir a cabalidad la función para la que fueron creados, son demasiado grandes y ampulosos como para entender realmente las necesidades de los usuarios previstos y terminan siendo más un fondo fotográfico de grandes costos y que se usa en ocasiones muy contadas.
Ahora podríamos centrar esta charla en las malicias del ego del arquitecto, males de una sociedad consumista y otros puntos de carácter más social.
Pero la idea es escribir sobre talvez la mayor especie de elefantes blancos que existe actualmente, en especial de nuestro medio, los elefantes públicos.
No podemos dudar que los mayores impulsores de la cría y reproducción de esta especie en la arquitectura, el elefante blanco claro, son los gobiernos estatales de los diferentes países, más allá de la ideología política de su bandera (y saliendo de ese tema al que no apuntamos), la obra pública tiene en su haber varios edificios grandes, mal utilizados y que no llegan a convertir la ciudad en un mejor espacio.
¿Por qué el estado?
Podemos pensar, “es el capitalismo salvaje” pero saltando la parte ideológica, el estado que deberíamos ser todos, se ha vuelto unos pocos con presupuesto casi ilimitado para crear elefantes que no piensan en todos sino en las estrategias de subsistencia de una máquina que ha dejado de responder a un sentir unitario para dar un sentir burocrático.
Cada edificio construido es pensado en pocos sentidos más allá del político, pues en muchos casos ampliaciones o refacciones han sido utilizadas con fines poco útiles realmente para necesidades aparte de la subsistencia del sistema estatal, o para colgarse la medalla en el pecho, pues no en pocas ocasiones el edificio o ha resultado pequeño, o ha resultado poco útil realmente.
No todos los casos son así es cierto hay edificios muy bien utilizados, pensados y re estructurados que les han dado un uso digno y acorde a lo que realmente se necesita, pero no por eso se debe uno callar ante los que no son así, porque la arquitectura y lo que es óptimo, (no así las posturas políticas, es necesario insistir en este punto) requiere que no hagamos la vista gorda.
¿Y porque analizar y estudiar a cada especie de elefante público que se encuentre en nuestro medio?
La respuesta es sencilla porque analizar un edificio que tiene problemas que queremos solucionar, no es simplemente verlo y criticarlo, es necesariamente estudiarlo, recopilar información, ver soluciones de otros lados y generar unas soluciones amplias que busquen no ser absolutas sino contagiar a otros por más soluciones posibles.
Necesariamente se debe abrir la mente y las opciones con soluciones diversas, porque viendo soluciones de otros elefantes que, de blancos y públicos, han pasado a ser útiles y óptimos, buscando siempre la mejor forma de utilizar nuestros recursos.
Es así que tras vagar por el laberinto de escaleras es posible que esta sea la nueva escalera por la cual subir, hasta que sea el momento de escoger otra, de esta forma desde Imaginarios Arquitectónicos les proponemos este interesante Safari de teoría, critica y arquitectura.






Comentarios