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VAGANDO

Actualizado: 24 jul 2021


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Fragmento Frío en el alma - Víctor Hugo Viscarra -

….Cuando el frío arrecia, surge la pregunta: ¿Dónde ir a dormir esta noche? Ante la falta de una respuesta, uno no puede hacer menos que seguir caminando, mientras el amanecer parece que estuviera cada vez más lejano. Y cuando amanece, acaso el sol no salga y uno deba seguir caminando. No hay peor cosa que caminar sin tener un techo dónde descansar, especialmente si uno no ha podido pegar los ojos durante toda la noche. Y lo que es peor aun, en la noche que se avecina, tampoco habrá descanso para ese cuerpo que envejece prematuramente. Así, uno siente cómo se va acabando de a poquito nuestra existencia...

La sociedad se refleja a si misma en sus límites, en los lugares donde el “orden” se jala hasta su quiebre, este lugar lleno de desigualdad, es el límite de la propiedad, del espectro de tener todo de sobra a vivir de sobras.

Notamos como el hecho de la propiedad privada como común denominador de aspiración, saca totalmente del panorama a quien no posee nada, cerrando cada vez mas posibilidades de aspirar a “ser”

Cerca de 1,9 millones de personas, la mayoría niños y niñas, viven en la indigencia.

Bolivia ha registrado una disminución de la pobreza en los últimos años, pero todavía un 8,3 % de la población urbana y 36,1 % de la población rural se halla en la indigencia. Esta pobreza extrema afecta principalmente a niños, niñas y adolescentes de 4 a 17 años de edad.

Potosí, Chuquisaca y La Paz son los departamentos con más cantidad de personas en la indigencia o pobreza extrema, una mirada a los grupos de edad muestra que los niños, niñas y adolescentes de 6 a 17 años de edad son los más afectados con la indigencia. Un 22,7 % de las personas en esa edad son pobres extremos. El otro grupo masivamente afectado es el de pequeños de 0 a 5 años de edad, que alcanzan al 20,8 %.

Ya conocemos los datos, sospechosos, pero divulgados como oficiales, pero caminar nos devela que el problema puede estar escalando cada vez más, en las aceras no somos los ocupantes, sino los molestos invitados que se mueven en medio de la vivienda de muchos desesperados, que tratan de acondicionar(se) a un sociedad que los ignora.

Si este llegaría a ser un problema de infraestructura, que lo es, lo preocupante es que el Albergue Municipal en el centro de la ciudad, Tiene capacidad para alrededor de 60 personas.

¿Dónde vive la gente en situación de calle?, ¿Dónde se refugian?, ¿Dónde van para que el frio no los alcance?

La sociedad quiere descansar, se hace de noche y la ciudad cambia, se queda vacía para empezar a convertirse en el mejor refugio, no por que sea la mejor opción, sino porque es la única, para quienes están al límite de esta extraña máquina.

Un artefacto tan particular, que afecta a todos los engranajes que tiene dentro, tanto así, que sus piezas se preocupan más por construir más metros cuadrados (clientes y constructores) que por hacer las cosas bien.

Somos reflejo de lo que representa esta enorme construcción social, donde cada vez menos importa quien no entre en este divertido juego.

 
 
 

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